El tenis es uno de los deportes más seguidos del mundo (el 4º o el 5º, según las fuentes) y en España no para de crecer durante los últimos 25 años, coincidiendo en parte con la irrupción de Rafa Nadal como uno de los grandes dominadores. ¡Vamos Rafa!
Se organizan competiciones por todo el mundo y a lo largo de todo el año, con una temporada desquiciante que se extiende desde enero hasta noviembre. ¿Cuándo descansan los tenistas? Pues nunca, o sino pregúntaselo a las rodillas de Nadal.
En Casumo queremos que entiendas bien el tenis, que sepas por qué esa pelota amarilla bota de una manera y no de otra. Queremos que comprendas cuándo hay que estar atento y que te apuntes bien las 16 fechas del año en las que se disputan los torneos que más dan que hablar y en los que más emocionante resulta apostar.
En la sección de tenis de Casumo puedes realizar apuestas tradicionales y apuestas en vivo en decenas de torneos diferentes; desde Roland Garros y Wimbledon hasta la Copa de Campeones o el Mutua Madrid Open.
Los torneos Grand Slam.
Los torneos Masters 1000 y la Copa de Campeones.
Las diferentes superficies del tenis.
Cómo apostar en Casumo.
Preguntas frecuentes.
El indiscutible póker del tenis son los 4 Grand Slam, jugados en diversas esquinas del planeta, sobre todo tipo de terrenos y con un prestigio incomparable.
Este pedigrí se debe a su tradición, estilo y longevidad (el menos viejo es el Open de Australia, nacido en 1905). También a que los partidos son al mejor de 5 sets en lugar de al mejor de 3 sets (salvo en el tenis femenino, donde son al mejor de 3 sets).
Open de Australia: el menos prestigioso de los 4 grandes da inicio a la temporada de tenis disputándose en Melbourne durante el caluroso mes de enero. ¿Caluroso? Sí, estamos en pleno verano austral y las temperaturas baten récords. Se juega en cemento recubierto de resinas acrílicas y óxido de silicio. Es imposible ponerlo a la altura de los otros 3 Grand Slam, pero le pone picante al inicio del año y recompensa a quien está en forma desde el principio.
En tiempos modernos, los grandes campeones masculinos han sido Novak Djokovic y Roger Federer, mientras que en el cuadro femenino destacan las proezas de Serena Williams.
Roland Garros: la meca de la tierra batida y uno de los trofeos que aspira a ser la cima universal del tenis. París acoge uno de los eventos deportivos más importantes del mundo en el tramo final de cada primavera. El calor y los partidos eternos (no es un fenómeno paranormal que se superen las 5 horas) están garantizados. El tenis español tiene una especial obsesión con Roland Garros, enviando muchos pretendientes a cada edición.
En el cuadro femenino es difícil encontrar un dominio claro, con gran alternancia de ganadoras. En el masculino estamos en el territorio de Rafa Nadal y del resto de la Armada Española, que en su conjunto acumula 18 victorias en los últimos 30 años (sí, tiene truco porque 13 de esas 18 son de Rafa).
Wimbledon: el paraíso de la hierba y del tenis más elitista y exquisito, como no podía ser de otra manera si hablamos de Londres y su exclusivo club de campo. La mística que envuelve a esta competición explica por sí sola que se siga jugando al tenis sobre césped y que tantos jugadores hagan titánicos esfuerzos por adaptarse a la que probablemente es la superficie más difícil y traicionera. Se celebra en verano pero pese a esto no son extraños los retrasos por la lluvia. Yes my friend, en Londres diluvia también en julio, lo cual explica que en esa época puedas encontrar más ingleses en Benidorm que en Wimbledon.
En la categoría de féminas las hermanas Wiliams se han repartido el pastel, sumando 12 títulos entre las dos. Entre los caballeros destaca el más caballero de todos: el impoluto Roger Federer con sus impecables maneras de gentleman.
US Open: que también lo puedes llamar Open USA o, si eres muy castizo, el Abierto de los Estados Unidos de América. Sea como sea, se juega cada septiembre sobre cemento y es yanqui por los cuatro costados. Quizás menos sofisticado que un Wimbledon o un Roland Garros, pero con más focos y más brillos y más celebrities en las gradas. Esto es Flushing Meadows, Nueva York, oh yeah.
Es un evento de gran importancia pero que pilla a los jugadores y jugadoras ya cansados (o incluso lesionados) tras una extenuante temporada. Tal vez por este motivo no se dan dictaduras de campeones como en otros trofeos. Serena Williams entre las mujeres y Pete Sampras entre los hombres han sido los más destacados durante el último medio siglo.
No hay nada como un Grand Slam, pero existe algo exactamente la mitad de glorioso. ¿Por qué la mitad? Pues porque así lo valora la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), o WTA en el circuito femenino. Ambas han decidido conceder 2.000 puntos a quien gana un Grand Slam y 1.000 puntos a quien gana un trofeo Masters 1000 (llamados WTA 1000 en el circuito femenino). Con la suma de todos esos puntos la ATP/WTA elabora el ranking que determina quiénes son los mejores tenistas del mundo en cada momento del año (y, como veremos más adelante, quién accede a la Copa de Campeones con la que se finaliza la temporada).
No solo de Grand Slams vive el tenista. También necesita comer plátanos en los descansos y participar en otros escenarios ilustres en los que batirse en duelo. Los Masters 1000 son un circuito de 9 torneos (10 para las mujeres) repartidos a lo largo del año para que los mejores se enfrenten sobre todas las superficies.
Se da un claro predominio de Estados Unidos (3 torneos) y de la pista dura de cemento (8 de los 11 torneos).
En orden cronológico, se suceden de la siguiente manera:
*Doha/Dubai* (exclusivo del circuito femenino): cada año estas dos ciudades del Golfo Pérsico se alternan para ser un torneo WTA1000 o un WTA500 (la “segunda división” del tenis femenino). Se disputa en marzo y sobre cemento. Los años pares Doha es WTA1000 y los impares le toca a Dubai, en un baile de 600 kilómetros de distancia por el paraíso de los petrodólares.
Indian Wells: se celebra cada año en marzo, una vez concluido el Open de Australia. Se juega sobre pista de cemento y bajo el amable sol primaveral de Palm Springs, California, a pocos kilómetros de la sede del festival de música Coachella. Es el torneo con mayor asistencia de público de todos los Masters 1000.
Miami: a caballo entre marzo y abril, cierra el tríptico de inicio de año para los especialistas en cemento (Australia, Indian Wells… y los Miami Gardens).
Montecarlo: la temporada noble de tierra batida empieza con esta cita en los alrededores de Mónaco pero en realidad en territorio netamente francés, en el selecto club de campo de Roquebrune-Cap-Martin. A finales de abril los maestros de la arcilla empiezan a desengrasar los músculos.
Madrid: quienes sudan en Montecarlo suelen verse de nuevo las caras pocos días después en la segunda cita importante de la intensa tierra batida, que tiene un calendario exageradamente concentrado. El escenario futurista de La Caja Mágica acoge esta cita cada mes de mayo.
Roma: supone una auténtica y descarada puesta a punto para Roland Garros, ya que se celebra después de Madrid y justo antes de la gran cita sobre tierra batida. La combinación de Montecarlo + Roma + Roland Garros se conoce entre los aficionados como el Grand Slam rojo (por el color de la arcilla).
Montreal/Toronto: con la temporada de tierra batida ya concluida, el verano canadiense (¿eso existe?) supone el principio del segundo tríptico sobre cemento. Tras el de enero-abril (Australia, Indian Wells, Miami), los jugadores más altos y rotundos vuelven a encender motores. El año en que los hombres juegan en Montreal las mujeres lo hacen en Toronto, y al año siguiente cambian de lugar.
Cincinnati: antesala del US Open y una de las pistas más duras del circuito profesional. Cemento en las postrimerías del verano en un torneo que tiene fama de ser de los más acogedores y familiares, donde los fans tienen mayor posibilidad de acercarse a sus ídolos e incordiarles con los selfies.
Shanghai/Wuhan: la gran cita china del calendario, en pista de cemento y celebrándose en Shanghai para los hombres (primera semana de octubre) y en Wuhan para las mujeres (última semana de septiembre). El de Shanghai es, junto al de París, uno de los dos únicos torneos relevantes que se juega bajo techo.
*Pekín (exclusivo del circuito femenino): recién llegado al WTA 1000, en octubre de 2021 hace su aparición entre la élite de los trofeos femeninos tras décadas siendo una competición secundaria. Pista de cemento.
*París (exclusivo del circuito masculino): celebrado en noviembre y en pista cubierta, es el penúltimo episodio de la temporada masculina. Un torneo sobre cemento al que a menudo se llama Open de París… pero nunca Open de Francia (eso es solo Roland Garros, oh la la).
Pero no se termina aquí la fatiga. Existe un plato de postre llamado Copa de Campeones o ATP Finals o Tennis Masters Cup… Un invento relativamente reciente (la primera edición fue en el año 2000) y con la idea de ser innovador. Quizás demasiado para un deporte con tanta solera como el tenis.
Se juega sobre cemento e innova en la sede, que no es fija (tras muchos años en Londres, ahora ha pasado a Turín para los hombres y Shenzen, China, para las mujeres). Innova en los invitados: solo los 8 mejores jugadores de la temporada. Innova en el sistema de competición: en lugar de eliminación directa, 2 grupos de 4 y después semifinales y final. Lo que no consigue es codearse con el olimpo de los Grand Slam, verdadero sueño de cualquier tenista.
Hablando muy mal y muy pronto, el tenis es ese deporte en que una pelota de caucho tiene que pasar por encima de la red y botar en el campo contrario sin superar las líneas dibujadas sobre el terreno. ¿Qué terreno? Esa es la cuestión, querido Watson.
Las pelotas de tenis, esas esferas doradas de algo menos de 7 centímetros de diámetro y unos 60 gramos de peso, no rebotan igual sobre todas las superficies. Rellenas de aire y cubiertas por fieltro de nailon, estas son las 3 superficies contra las que no tienen otro remedio que chocar en el tenis profesional:
Hierba: sobre sus briznas se inventó el tenis, en concreto sobre el jardín de Harry Gem, el inglés al que se considera padre de este deporte. Hoy en día es la menos utilizada debido a lo costoso de su mantenimiento (riego, drenaje, reparación). En la super élite solo tenemos Wimbledon, aunque en categorías inferiores sí que hay algunos trofeos emblemáticos (Queens, Halle, Stuttgart).
Es la pista más rápida que existe, la que favorece a los jugadores más veloces y ágiles. La pelota sufre botes bajos y muy irregulares, siendo fundamental reaccionar ante direcciones y alturas imprevistas. La volea, que evita el bote a toda costa, se usa mucho más que en otros terrenos. La estrategia clásica sobre hierba consiste en sacar y subir a la red para intentar matar el punto.
Cemento: pintura sintética sobre un lecho de cemento o asfalto. El bote tiene una altura intermedia y resulta mayormente predecible, al no haber casi irregularidades sobre el terreno. La velocidad de juego es media-alta. Estamos en el ámbito menos técnico del tenis (con perdón para los especialistas). La verdad, aunque duela, es que aquí abundan los golpes planos (cuando la bola apenas tiene rotación) y extremadamente potentes.
Esta es la superficie predominante en el mundo con muchísima diferencia. Es la más sencilla y barata de mantener, lo que explica que sea sobre la que juega la inmensa mayoría de aficionados y la que acapara un mayor número de competiciones profesionales. Los jugadores más fuertes y corpulentos están como pez en el agua.
Tierra batida: hecha con arcilla o con polvo de ladrillo, es la superficie más lenta. Con una gran tradición en España, los botes resultan muy altos y los puntos muy largos. Se premia la resistencia y sacrificio del jugador. Es habitual golpear desde el fondo de la pista, con frecuentes desplazamientos laterales y un intercambio de golpes que apuesta por el desgaste físico y mental del oponente.
Gana quien inexplicablemente consigue mantener la frescura pese al agotamiento. Por su misma naturaleza, es donde más se practican las dejadas y sobre todo el liftado (golpear la pelota desde abajo hacia arriba).
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